lunes, 5 de diciembre de 2016

UFC 205 Blog: Well done in the Garden

Aquí les cuento lo que fue mi viaje a la cobertura del UFC 205, desde Maracaibo (Venzuela) hasta Nueva York.
LA REPÚBLICA DEL SOL

Mi travesía del UFC 205 empezó bastante lejos, específicamente en Maracaibo, la ciudad donde nací y crecí. A eso de las 2:00PM llegué al aeropuerto y me topé con lo de siempre: una gran cantidad de gente en un reducido espacio, así como una lata de sardinas, pero en ese caso era peor, pues en la ciudad la temperatura promedio es de unos 35°C y para empeorar las cosas, el aire no funcionaba bien.

Después de una larga fila y mucho tiempo de espera, finalmente pude registrarme para obtener mi boleto de abordaje, ya todo estaba listo para lo que sería una gran aventura.
Aeropuerto Internacional La Chinita (Maracaibo)
Esas horas previas a abordar el avión fueron bastante inquietantes, el simple hecho de pensar en lo que me esperaba en las próximas semanas marcaba en mi rostro una sonrisa bastante extraña, no sabía si emocionarme o estresarme debido a la magnitud del evento que iba a cubrir.

Para situar en contexto la situación, el UFC es la organización de artes marciales mixtas (deporte de contacto) más grande del mundo, año tras año los números de audiencia e ingresos de la compañía se superan abruptamente.

Por alguna razón, dicha disciplina había sido ilegal en el estado de Nueva York durante muchísimos años, entonces UFC tuvo que iniciar una fuerte campaña para finalmente obtener una rotunda aprobación y por consecuencia poder pautar un evento de artes marciales mixtas en uno de los recintos más emblemáticos del mundo: el Madison Square Garden.


Ya pueden entender mis ansias en los momentos previos a abordar un avión en Maracaibo (Venezuela), un "maracucho" (así se refieren por cariño al ciudadano de la zona) estaba a punto de emprender su vuelo a una aventura inédita en la historia del deporte.

MAMANI VICE

Antes de llegar a la gran manzana, realicé una parada obligatoria en la ciudad de Miami, puesto que desde Maracaibo es imposible llegar a otra parte de los Estados Unidos, la localidad floridana es prácticamente una puerta para los venezolanos, argumento que por circunstancias del país, a veces puede generar problemas.

Una vez que aterricé en la bella ciudad, uno de mis grandes amigos de la infancia fue a buscarme en el aeropuerto, evidentemente había que celebrar mi corta estadía con par de frías y una buena comida, cabe destacar que soy fanático de las hamburguesas y cada vez que viajo a un lugar, siento que estoy llenando un álbum de barajitas, quiero probarlas todas.

The Butcher Shop - Wynwood (Miami)
World of Berr - Midtown (Miami)
No solo pude re-encontrarme con grandes amigos, sino también con muchos familiares; para nadie es un secreto que la paupérrima situación en Venezuela ha impuesto en numerosas personas el deseo de emigrar para encontrar un mejor futuro, entre esa gente que debió abandonar su madre patria, están muchos de mis familiares.

Llegó una noche interesante, soy un fanático del deporte en general y para nadie es un secreto, entonces por circunstancias de la vida se disputaba el séptimo juego de la Serie Mundial de Grandes Ligas, los Cachorros, que tenían 108 años sin ganar, se enfrentaban a los Índios.

Un juego tan emocionante debía ser visto como Dios manda, entonces así con unos amigos a un bar para presenciar la acción. Justo cuando el juego de pelota se tornó interesante, apareció un comercial del UFC 205, el rostro de Conor McGregor y otros peleadores, ahí caí en cuenta que en pocos días estaría realizando la cobertura de mi vida.

POR LOS AIRES, EN GUARDIA

Finalmente llegó el día del viaje, madrugué para estar en el aeropuerto de Miami y a eso de las 10:30AM, ya estaba en el aeropuerto de La Guardia (Nueva York),  ahí si es verdad que entré en contexto, cada pocos metros se observaba alguna publicidad del UFC 205, todo me recordaba que mi arribo a la gran ciudad tenía un importante propósito.

Nueva York es una ciudad que te hace sentir parte de una película, recuerdo que bajé del bus que me transportó desde el aeropuerto y mi vista se perdió en la profundidad de una metrópolis tan inmensa, sentía que en cualquier momento podía el hombre araña bajar de un edificio o algo por el estilo; tantos años viendo el lugar por televisión y finalmente era yo quien estaba ahí.

Sin duda el highlight de mi llegada a la gran manzana fue la oportunidad de finalmente poder encontrarme con dos personas con las que había estado trabajando en las MMA y quienes me dieron la oportunidad de viajar tan lejos para cubrir el gran evento. La confianza depositada en mí siempre la voy a agradecer.

SE BAILÓ JOROPO EN LA JAULA

Un día después de mi llegada a Nueva York, se celebraba una cartelera de Bellator MMA (otra gran organización de artes marciales mixtas) en Uncasville (Connecticut), entonces tomé un bus desde el Port Authority de Nueva York y después de unas cinco horas llegué al Mohegan Sun Casino, recinto donde más tarde se realizaría el evento.

Se acercaba la hora del evento y presencié mucha gente con una franela de Venezuela, esto me llamó la atención y por instinto periodístico tuve que investigar qué pasaba. Un venezolano llamado Carlos Correia haría su debut en Bellator MMA, esto generó en mí mucha emoción, un maracucho cubriendo el combate de un compatriota en un remoto pueblo de Estados Unidos.
Correia dio un repaso y ganó su combate por decisión dividida y pude ser el único en entrevistarlo, verme le generó felicidad, él jamás se esperó a otro venezolano cubriendo su combate y permitiéndole expresarse ante las cámaras en su idioma natal, el español.
El evento de Bellator MMA me dejó muchas cosas buenas, además de poder presenciar la victoria de Carlos y tener la posibilidad de compartir con él, también pude juntarme un rato y platicar con George X, un periodista de gran trayectoria y que respeto muchísimo. Además de esto, conocí gente importante como Royce Gracie, Chael Sonnen y Tito Ortiz, yo era un simple pez en el agua.

PELÍCULA DE TERROR: EL PUEBLO FANTASMA

En mi mente, el día había sido perfecto, nada malo podía pasar, pero lamentablemente, cuando más cómodos nos sentimos, es que ocurren las cosas que no deseamos, ni esperamos.

Fui a comprar mi boleto de vuelta a Nueva York y me encontré con la noticia de que dichos boletos no eran vendidos en la locación, entonces llamé a la empresa de buses para ver de qué manera podía regresar.

El operador de la empresa me recomendó trasladarme a un pueblo llamado New London para llegar a la estación y tomar un bus. Me sentí tranquilo con la solución que con algo de mala vibra me ofrecieron, entonces me fui en Uber al mencionado lugar.

Mientras más me acercaba al pueblo, las luces de la calle dejaban de aparecer, era una carretera oscura, entonces mientras hablaba con el conductor salió el tema de nuestros gustos cinéfilos y fue ahí cuando me preguntó, "yo amo las películas de terror, ¿a ti te gustan?"; justo en ese momento llegamos a la supuesta estación, que en realidad tenía meses sin operar y la cual estaba abandonada.
Me bajé del auto, miré a mi alrededor y además de la escalofriante estación abandonada, observé la ciudadela que parecía un pueblo fantasma: casas viejas, una pequeña plaza en medio y nula actividad, ahí es cuando le respondí al conductor: "no sé si me gustan esas películas, pero estoy en una película de terror".

No me preocupaba el hecho de estar en ese lugar, sino el de cómo iba a regresarme a Nueva York, entonces decidí regresarme al casino para ver qué otra alternativa podía tomar. En el camino llamé de nuevo a la empresa de los buses y tuve una pequeña discusión con el operador, a fin de cuentas perdí tiempo y dinero por la supuesta solución que me fue suministrada.

¿SERÁ QUE NOS VAMOS?

Ya eran las 3:00AM y empezaron a sacar del casino a las personas que no se encontraban jugando, terminé afuera con un frío inmenso y alguna gente que no otorgaba buena espina: gente borracha, drogada y quebrada; se notó que perderlo todo apostando, los llevó a tomar esos refugios para apaciguar sus penas.

La hora pautada para la llegada del bus era a las 4:30AM, entonces saqué un libro y logré mantener la calma en medio de ese desagradable ambiente, pero una vez más volví a preocuparme, ya eran las 5:00AM y el transporte aun no llegaba, pensé, "¿será que nadie compró boleto desde acá y el autobús no va a llegar?".

Justo cuando iba a entrar en pánico, llegó el bus y yo tenía una misión: montarme en él a como dé lugar. Se hizo una pequeña fila para ingresar, dos señoras entregaron sus boletos y era mi turno, le dije al chofer: "hermano, yo me tengo que montar en ese bus pero no tengo boleto", y me salió una frase popular de donde vengo, ¿cómo hacemos?, le pregunté.

Después de hablar por unos minutos, le entregué el dinero del boleto en efectivo, yo sabía que el chofer iba a guardarse el capital, pero no me importaba, mi misión era montarme en el bus y lo había logrado, tan concentrado estaba en mi meta, que se me olvidó pedirle el cambio, en realidad no me importaba.

A eso de las 12 del mediodía llegué a Nueva York, de ahí tomé otro bus para New Jersey y con la ayuda del GPS, pude llegar al lugar donde me estaba hospedando en esos días. Cabe destacar que una vez en la cama, dormí unas buenas 12 horas, los viajes de Miami a Nueva York y luego la travesía ya mencionada, me impidieron dormir en un buen tiempo.

ENTRE MISAS, CACHITOS E INNOMBRABLES

Pocos días después decidí hospedarme en casa de una prima en Manhattan, logísticamente era una buena decisión porque en los próximos días estaría cubriendo las actividades del UFC 205 y debía mantenerme cerca del Madison Square Garden para llegar temprano.

Estaba feliz de ver a un familiar después de tanto tiempo, además, somos contemporáneos (tenemos la misma edad), pero lo más divertido fue ser un infiltrado en una junta de mujeres cuenteras, pues ella y sus amigas hablaban de sus problemas íntimos como si yo no estuviera en el lugar.
"El tipo me invitó a misa, pero no quiere nada serio conmigo", exclamó una de las chicas, "a mí me regaló dos cachitos (especie de croissant relleno) y se fue con una nueva", confesó otra de ellas. No me resistí y empecé a ponerle sobrenombres a los diferentes personajes que ahí se mencionaban: el bebé salsero, el evangélico, el innombrable, el esmerado, etc.

La pasé muy bien en realidad, siempre he pensado que para ser exitoso, debo juntarme con personas que lo hayan sido o que tengan la misma mentalidad, y sin duda que toda la gente que conocí a través de mi prima era brillante.

WELCOME TO THE GARDEN

Ya era miércoles y empezaban las actividades del UFC para la prensa, ese día tocaban los entrenamientos abiertos, actividad donde los principales peleadores de la cartelera realizaban una práctica frente a los medios.

Decidí salir bien temprano en la mañana para irme caminando al Madison Square Garden, quería conocer la ciudad y nada mejor que caminar unas 25 cuadras para hacerlo. El infortunio se volvió a mofar de mí y cayó una fuerte lluvia, pero mi trayecto era contra reloj, así que tuve que llegar en esas condiciones, pero valió la pena.

Una vez que entré en el Madison Square Garden, presencié unos pasillos llenos de historia, ya que ahí posan vitrinas con historias y objetos de los acontecimientos más importantes del recinto, por dar algunos nombres, puedo mencionar a Muhammad Ali, Héctor Lavoe o Hulk Hogan, es un lugar mítico.
Los entrenamientos abiertos fueron realizados en la cancha de basket y ahí fue cuando dije: "wow", por fin caí en cuenta de que estaba en ese lugar, trabajando y presenciando a las máximas estrellas de las artes marciales mixtas.

En ese momento entendí esa frase de "si haces lo que te gusta, nunca lo verás como trabajo",  yo sería capaz de pagar para realizar dicha función, pero por cosas de la vida, alguien me otorga honorarios por mis servicios, mismos que me brindan oportunidades como esta.

IS THIS REAL LIFE?

Siguieron las actividades durante la semana y el Madison Square Garden se transformó por unos días en mi segunda casa, en cada jornada debía visitarlo para cumplir con mis compromisos periodísticos y permanecer ahí durante horas, ¡qué dicha!.

Durante el día de medios pude entrevistar a diversos peleadores importantes, es agradable cómo te reciben los atletas hispanos, para ellos siempre es gratificante poder expresarse ante los medios en su idioma, así lo hicieron Yoel Romero y Kelvin Gastelum durante nuestra charla.
Entrevistando a Katlyn Chookagian (UFC Fighter)
También realicé unas entrevistas en inglés, no podía desperdiciar la oportunidad y pues debía ser lo más productivo posible, además, estaba al lado de grandes periodistas como Ariel Helwani, Mike Bohn o Luke Thomas, personas que durante mi tiempo en la universidad seguía y admiraba a través de las redes sociales, sentí que yo estaba en las grandes ligas.

Llegó el día del pesaje y más de 15.000 almas abarrotaron el recinto, se apagaron las luces y empezó a sonar la canción del UFC, en ese momento la nostalgia me derrotó, solo pensaba que hace unos pocos años había decidido enfocarme en las MMA como objeto de trabajo, y que en ese momento formaba parte del evento más grande.

ES TIEMPO DEL FANÁTICO

El gran día llegó, sábado 12 de noviembre, el clima estaba extremadamente frío pero con un aroma a combate, la ciudad de Nueva York estaba vestida del UFC, las pantallas, pancartas y afiches de Conor McGregor estaban por todos lados, cualquier lugar me recordaba que lo mejor estaba por venir.

Antes del evento, el UFC suele organizar un Fan Fest, donde los fanáticos pueden asistir para conocer peleadores, participar en concursos y pasar un rato agradable. Para esa actividad asistió el Andrés fanático, tocó la hora de divertirme y así fue, guardé mi credencial de prensa e ingresé como un seguidor más.
UFC Fan Fest
Hago énfasis en esto porque muchos mal llamados periodistas suelen mezclar los momentos para ser fanáticos y portar una credencial, obviamente he sentido la tentación de pedir alguna foto a super-estrellas que he tenido cerca, bien me lo decía mi primo y mentor Juan Carlos, el mejor retrato es en el cual apareces trabajando.
Disfruté bastante de la actividad, conocí a peleadores como Amanda Nunes, Anthony Pettis y Stipe Miocic, además de probar mi poder noqueador en una máquina de medición (me fue bastante bien por cierto). Pero al caer la noche, como el mismo Batman, debía cambiar de personaje, había llegado la hora de trabajar.

IS TIME!

Me acerqué a la fila donde estaban todos los periodistas registrándose y una vez dentro del recinto, inmediatamente noté que el UFC 205 sería algo mucho más grande que cualquier otro evento realizado en la historia de las MMA, el UFC se fijó de cada detalle para brindar una noche inolvidable.
Una vez situado en el palco de prensa y en las excelentes condiciones que el UFC le brindó a los medios, llegó la hora de cenar y esperar el inicio de los combates. En ese tiempo pude compartir con varios periodistas importantes de cadenas como ESPN y CBS Sports; la posibilidad de intercambiar conocimientos con especialistas de renombre es siempre gratificante.

RUMBLE IN THE GARDEN

Se apagaron las luces y salió a pelear Katlyn Chookagian, todo estaba listo, había iniciado el evento, a partir de ahí entré en un estado de hipnosis, mi atención estaba 100% en la jaula, nada más me importaba.

No hablaré mucho del evento en sí, los resultados y la acción pueden conseguirlos en la red, pero lo que puedo destacar es la euforia del público y el ambiente que se vivió en el recinto, tras coberturas de eventos, nunca había presenciado uno de tal magnitud.

Los números avalaron el hecho de que era una noche histórica, el UFC 205 superó el récord de taquilla del Madison Square Garden, recolectando más de 17 millones de dólares. La sintonía fue máxima y esto seguirá, las MMA crecen a pasos agigantados.
Conor McGregor se convirtió esa noche en el primer campeón de dos cinturones simultáneos, más de 8.000 irlandeses se trasladaron a la ciudad para apoyarlo y la celebración fue inmensa. Al salir del recinto, me topé con una avalancha de irlandeses ebrios y felices, decidí grabarlos y entrevistarlos, fue bastante divertido, aunque temí por la integridad de mi cámara.

IT'S ALL OVER... NOT YET

Muchas personas creerán que la labor de un periodista finaliza una vez que se apagan las luces del estadio, por el contrario, cuando se termina el evento empieza el trabajo duro, la edición de videos, imágenes, redacción de resúmenes y análisis; eran las 4:00AM en Nueva York y apenas estaba llegando al hogar para empezar a trabajar.

No hay nada que una buena jarra de café no pueda solventar, tenía mucho sueño y trabajo por hacer, pero más emoción por ver el fruto de mi esfuerzo en un evento tan grande. Para un periodista, apreciar sus fotos, videos y notas, es como para un artista degustar sus cuadros, o una madre contemplar a su bebé; detrás de cada publicación hay una gran oficio.

LOST

Me quedaban unos pocos días más en Nueva York y ya podía recorrer la ciudad sin la preocupación de tener actividades pendientes, entonces me di el gusto de caminar por todos lados durante todo el día, visitar tiendas (aunque sin comprar nada), pero el simple hecho de ver cosas nuevas era fascinante.

Debo destacar mi visita a Guitar Center en Manhattan, una inmensa tienda de música ubicada bajo tierra, esto quiere decir que la señal telefónica no funcionaba, excelente, podía disfrutar y concentrarme 100% en lo que veía.

Para nadie es un secreto que también soy músico, desde pequeño siento una gran pasión por dicha actividad y poder tocar el instrumento de la gama y marca que quisiera fue increíble: bajos Warwick, guitarras Fender y baterías Dw, toqué absolutamente todo lo que quise, fue divertido.

Una vez fuera de la tienda, el hambre me atacó y dije: "voy a caminar hasta que vea algo interesante" y así fue, un letrero que decía "Dos slices de pizza + una lata de refresco por 2.75$", me acerqué porque en el momento quería algo callejero, neoyorquino. Las pizzas terminaron siendo increíbles, pero algo malo sucedió.

Por estar en Guitar Center, mi teléfono gastó mucha batería buscando señal, cuando me di cuenta ya no prendía; yo no sabía dónde estaba, ni cómo llegar al hogar. Ahí aprendí una lección, a veces depositamos tanto nuestra confianza en aparatos electrónicos, que cuando no los tenemos, pasamos un mal rato.

Por suerte Nueva York es una ciudad fácil de ubicar, es prácticamente un plano cartesiano con avenidas y calles cruzándose, entonces empecé a preguntar hasta que después de una hora pude llegar a mi destino, de todas formas, recordaba el mal rato que pasé en Uncasville y pensé que estar perdido en NY era cosa de niños.

TAKE ME BACK TO MIAMI

The Pincho Factory (Miami)
Debía regresar a Miami, pero al no conocer bien la ruta pública para llegar al aeropuerto, decidí salir temprano y menos mal que lo hice. Cuando empecé a caminar a la estación de metro, cayó un fuerte chaparrón que no se detuvo hasta mi arribo al aeropuerto, llegué emparamado (muy mojado por la lluvia).

Viajé sin imprevistos y llegué a Miami, me quedaban unos pocos días para disfrutar con mi familia y amigos, algo que nunca está de más. Como han podido apreciar a lo largo de este escrito, me considero una persona muy afectiva con aquellos cercanos y eso seguirá siendo así.

Ya sin responsabilidades y preocupaciones, pude disfrutar de buenos clubes de Miami, una ciudad caracterizada por su vida nocturna; digamos que en el fin de semana las cervezas y la buena comida se manifestaron para tener una grata despedida.



LONG LAYOVER AND.. GONE

Para regresar a Venezuela, primero debía pasar por Panamá y es que el Aeropuerto de Tocumen se convirtió en una cárcel para mí; por decisión de la aerolínea, mi boleto de vuelta fue cambiado a las 11:00PM, es decir, debí esperar ahí unas 13 horas para poder embarcar el vuelo hacia Maracaibo.

El internet que suministra el aeropuerto es de tan solo dos horas por aparato, entonces tuve que usar la laptop, el teléfono y la tablet para disfrutar un total de seis horas de navegación, lo malo es que faltaban unas siete horas de no hacer nada.
Afortunadamente unas señoras peruanas tuvieron un lío con la gente de una aerolínea, nunca entendí qué fue lo que pasó, pero eso me entretuvo, ya que la discusión de produjo por horas, incluyendo policías y gritos. Con esto no estoy diciendo que me gusten los problemas, pero algo poco común es entretenido en momentos de no hacer nada.


Efectivamente y a la hora prevista, tomé el avión para Venezuela, con mucho sueño y cansancio, pero con la emoción de regresar a casa.

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